sábado, 6 de julio de 2013

Aproximación al Rocío

De la Romería del Rocío todos hemos oído hablar. Para el que quiera intentar comprender aquello -yo no he podido- hago esta entrada.
Almonte -no confundir con Ayamonte- es un municipio de Huelva de "ventipico" mil habitantes sólo superado en población por la capital y por Lepe. 
Cuando llegamos, allí la gente del pueblo -sin distinción de sexo ni edad- se afanaba en engalanar las calles.


Había trabajo para todos los oficios

   


El resultado de tan desmesurado trabajo era espectacular.





A esta estructura, en la plaza de la iglesia, la llamaban "la catedral"

El motivo de estos festejos era que la virgen del Rocío estaba este año -como uno de cada siete- en el pueblo, en vez de en su ermita del Rocío, a unos 15 Km.

Por la noche ya estaban todas las estructuras iluminadas y preparadas para la procesión del día siguiente. 

Porque el día siguiente por la mañana sacaban en procesión a la Virgen, de manera similar a como se sacaría, quince días más tarde, en la romería del Rocío.

 A mi mujer, por razones familiares, le tira mucho lo de Huelva y quería asistir a la procesión. Una joven almonteña, que conocimos en el centro de visitantes de Doñana, le advirtió de que era bastante peligroso y le enseñó una indispensable postura de autoprotección, con los puños a la altura de la cara y los codos hacia adelante.

La hora del comienzo de la procesión es imprevisible, porque la Virgen sale "cuando ella quiere".

Así que madrugamos y, a pesar de ello, la Virgen ya estaba procesionando cuando llegamos.

Aquella forma de procesionar no tiene nada que ver con otros eventos parecidos. En las fotos de más adelante intento hacer comprender a qué se debe esta extraña manera de desplazar a la Santa.



 
Gracias a lo temprano de la hora pudimos ver a la Virgen, porque más tarde, y a lo largo de todo el día hasta la madrugada, se sabía por donde andaba, pero era imposible acercarse a menos de varias calles de distancia, porque el gentío era macizo.

Yo, para intentar hacer unas fotos, me encaramé a la verja de una ventana junto con algunas mujeres. La calzada estaba reservada para la "lucha".

¿A qué "lucha" me refiero? Pues a una, cuyas reglas se sabe que existen pero que nadie las comprende. Sólo las conocen los almonteños, y no creo que todos. Esta "lucha" tiene la finalidad de conseguir cargar con la pesada parihuela de la Virgen o, por lo menos, llegar a tocar los hastiales.

Para hacerse una idea de como va la cosa: una hora tardó la virgen en llegar de donde está en esta foto hasta donde estaba yo. Iba para adelante, para atrás, para arriba, para abajo, para la derecha, para la izquierda... para donde "ella quería".

Desde esa distancia aún no se apreciaba la pelea, aunque se presentía.







Un grupo de jóvenes intentaba un ataque hacia la Virgen, pero eran incapaces de vencer una gruesa barrera de gente de más 100 Kg.

De vez en cuando hacían una carga, con la técnica de las melés del rugbi, para abrir paso. 



A partir de estas fotos ya se van apreciando detalles de la brega. Brega que dura todo el día y parte de la madrugada. El fin de semana siguiente se repite a lo largo de 15 K. durante toda la noche y parte de  la mañana del día siguiente, para devolver la virgen a su ermita en el Rocío. Y una semana más tarde ya es la verdadera Romería del Rocío. No se comprende tanta resistencia física.





El calor humano que se desprendía de este forcejeo era indescriptible.

No se si el contacto de esas manos será una contraseña para un relevo. ¿Quien lo sabe?












Sin palabras. Por mi parte: incomprensible y notable fenómeno.

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