martes, 28 de junio de 2011

La pugna de los machos

Os presento a un ave que conoceréis de sobra porque forma parte de las bandadas de limícolos que invaden nuestros estuarios y marismas dos veces al año cuando suben en primavera a criar y cuando bajan en otoño del frío Norte a pasar el invierno en climas cálidos.

Es el COMBATIENTE (Philomachus pugnax) y si os parece que no lo habeis visto jamás, es porque ese aspecto sólo lo presentan los machos en época de cría, cuando están en las tundras y aguazales del Norte. Cuando están de paso por nuestras latitudes se asemejan los plumajes de machos y hembras

Una característica especial es que el plumaje nupcial de cada indivíduo macho es distinto de los de los demás, circunstancia muy rara en las aves salvajes.







Las hembras son más pequeñas que los machos...


...y tienen el plumaje que tienen los machos cuando no están en época de celo.

Otra característica importante de estas aves, a la que deben su nombre de combatientes, es que los machos, en época de cría, contínuamente están peleando por las hembras, o más bien por el territorio, porque son promíscuos.

Cuando se encuentran dos machos adoptan una postura agachada que puede ser de amenaza o de sumisión...


...que puede desembocar en una ensalada de picotazos...

...o incluso en una cópula (¡) del más dominate con su rival.

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