El último lo había visto en el primer temporal del otoño y se había muerto de frío y agotamiento. Lo encontré en una ventana y pesaba sólo 5 gramos de tal manera que tres de ellos pesaría tanto como dos monedas de un euro. Vienen atravesando el Cantábrico y llegan -los que llegan- exaustos de tal forma que a algunos no es difícil cogerlos con la mano. Su nombre se debe a la "corona" amarilla.No me digais que no es un pajarín guapo.
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1 comentario:
Es uno de mis pájaros preferido,junto a los mitos y el trepador azul
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